Román Pat: Herbolaria maya para sanar desde el óol
Entrevista al ajmeen Román Pat, autor del libro Herbolaria maya: Medicina tradicional, durante la Feria Internacional del Libro y la Cultura (FILyC) en Playa del Carmen
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Transcripción
Mi nombre es Román Pat Caamal, originario de la zona maya, en especial en el poblado de Yaxley (La palabra yaxley significa “hoja verde”. Mi pueblo es caracterizado por una selva muy verde.), municipio de Felipe Carrillo Puerto. Hoy tengo más de 20 años aquí en Playa del Carmen.
[¿De qué se trataba su presentación hoy?] Hoy es realizar medicinas. (Bueno, hoy vamos a trabajar, vamos a hacer medicina. Si ustedes son residentes, son de Playa, van a dar cuenta de que hay mucha, mucha medicina. Mira, ¿quién no conoce esta medicina?) Es lo que hice ahorita, hice varios, los que están allí probaron algunas medicinas mayas. Y en la tarde tengo lo que es las bondades de todo lo que es la medicina maya.
[¿Y cuál es el título para la profesión que ejerce usted?] Sacerdocio maya o ajmeen, somos como un representante del Salvador maya. Somos salvadores con la medicina. Invocamos a los dioses para que te vengan a curar. Desde pequeños se eligen, no es una monarquía, sino que tú tienes los dotes de sacerdocio maya de ajmeen, porque es un “sacerdote maya”, entre comillas. Se te comienza a cuidar hasta llegar a cierta edad y tienes que ejercer entre los 48 a 50 años, porque se tiene que ver que estás bien equilibrado en todo: en lo físico, en lo moral, en la inteligencia, en lo espiritual, para poder hacer ese trabajo, que dominas la pedagogía, la psicología, la religión, todo lo que tiene que ver con la filosofía.
[¿Y qué conexión tiene su cosmovisión con las creencias sobre la naturaleza?] Nosotros hemos podido sobrevivir porque entendemos que la naturaleza es única. Entendemos, supimos amar la naturaleza para poder seguir viviendo. Los pájaros, los animales, la tierra se nos dieron para trabajar. No es nuestra, se nos prestaron y no tenemos por qué vulnerarlo, ni profanarlo. Entonces para nosotros la cosmovisión es un todo. (Yo lo que hice es entrar en la selva, hablar con mis árboles, entender su entorno. Yo no estaría aquí feliz si mis árboles no han tomado agua. Tengo como 300, en cuatro nichos. Hace rato fui con ellos y con todo el permiso del mundo, aquí les muestro.)
[¿Qué importancia tiene la lengua maya en su profesión?] Para mí es muy importante. Es lo que estoy transformando. A mí me lo entregaron así, pero yo no lo puedo entregar así. ¿Por qué? Porque tú no hablas maya, pero tienes los dotes, tienes la capacidad que tenemos que formar con la humildad maya, con la psicología maya, pero hablando en esta lengua de ahorita. Claro, vas a aprender partes básicas de la maya, porque no le vas a decir a él “Dios Padre”, le vas a decir, Hunab Ku, o Kichkelem Yum. Vas a hablar a su nombre. Esa parte básica sí lo tienes que aprender y es corto, sí lo puedes aprender.
[¿Y hay algún concepto o alguna idea, un término en maya que no se traduce tan fácilmente?] El óol. Es el centro del ser. Es la antropología filosófica del maya. Todo gira en un ser. Tenemos cuerpo, alma y espíritu. El alma y el cuerpo se mueren y el espíritu es el que que encuentra a su Creador. O sea, todos decimos: nib óolal (Gracias), kiʼimak óol (feliz mi ser), ma’k’ óol (flojo su ser). Pues a ese ser es el que vas a sanar. Cuando ese ser está enfermo, lógicamente tú vas a sanar ese ser. Por eso cuando yo tengo la medicina en la mano, yo le digo: “Esta es tu medicina. Por mí, sánalo. Pero no está por mí, está por ti. Porque a mí solo me utilizas como un instrumento”. Y si tú te abres tu ser y tu fe, te sanas.