(me llamo) Sebastián: ‘El fútbol es una mímica de una guerra’
“El fútbol es una mímica de una guerra”, afirma (me llamo) Sebastián en esta entrevista durante el LAMC 2014. Mira el video o lee la transcripción para ver por qué piensa así.
Preguntas para guiar la lectura
- ¿Qué piensa (me llamo) Sebastián del fútbol?
- ¿Por qué se considera antinacionalista?
- ¿En qué se parece el fútbol a una guerra?
- ¿Qué le parece la competencia, particularmente en el colegio?
- ¿Cómo se sienten algunos cuando gana la selección nacional? Pero, ¿por qué no está de acuerdo?
Transcripción de la entrevista a (me llamo) Sebastián sobre el fútbol
¿Crees que el fútbol es algo solo para los “niños de azul“?
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Yo lo que creo en el fondo de mi corazón, voy a decir algo un poco malo para los que les gusta el fútbol, pero yo creo que el fútbol es una herramienta muy potente de control social.
Yo veo todas estas empresas que están detrás de la Copa Mundial y la gente en Brasil son… eso de que erradican favelas o de matan gente o de que empiezan a hacer cosas súper extrañas.
Por ejemplo, yo estuve en México para el Mundial y en Chile hablando con mis amigos y sucede que los políticos aprovechan de pasar leyes en el Congreso cuando son los partidos más importantes.
Entonces yo no entiendo cómo la gente no se da cuenta de que el fútbol, por muy entretenido que sea para alguien, alimenta unos sentimientos que no son positivos.
Yo soy súper antinacionalismo. Yo creo que nadie es mejor que otra persona por haber nacido en otro lugar. Yo creo que lo que hace una buena persona es las cosas que uno hace o cómo uno se relaciona con el mundo. Pero decir: “A mí me encanta ser chileno porque nací en Chile y este equipo es chileno porque viva Chile…” No, no tiene sentido en mi cabeza. El nacionalismo no aporta nada a la gente, eso de sentirse parte de algo solo por estar en ese lugar geográfico. Porque yo me siento mucho más cercano a gente en México que alguna gente en Chile que no tiene nada que ver conmigo. Entonces pienso que esa idea de segregar y en el fondo sigo pensando siempre que el fútbol es una mímica de una guerra al final. Un equipo que representa un país tiene que entrar al área del otro equipo y meter un gol. Es una confrontación.
Entonces yo creo que es súper importante que nosotros en esta nueva generación que entendamos que la competencia no es importante.
Por ejemplo, ahora me hablan en otra entrevista de cómo me siento yo en comparación con otros artistas chilenos. Y pienso que no hay una comparación, no hay una competencia. Claro, Ana Tijoux es ultra famosa, entonces a ella la invitan a tocar tres veces acá y le pagan mucho dinero y a mí no. Pero siento que es carrera en solitario, no una batalla. No tengo que yo matar a Ana Tijoux para que yo tenga su lugar. Que ella siga haciendo su música, que es genial. Ahora fui un fan, la abracé. “Oh, te quiero…”
Yo creo que tiene sentido erradicar estas prácticas que tienen que ver con la guerra, que están escondidas en todas las cosas. Por ejemplo, en el colegio nos dicen que hay que ser amigos y hermanable entre todos, pero igual te hacen competir. Hay un primero en la clase. En mi colegio, cuando a uno le iba bien, la profesora te regalaba un dulce. Entonces, en un sentido era una competencia al final, no potenciar las habilidades de cada uno. La competencia es la guerra al final. Si soñamos con eso de erradicar ese tipo de cosas en nuestra sociedad, hay que empezar a eliminar ese tipo de cosas. No digo que hay que eliminar el fútbol, pero hay que repensarlo.
Yo no entiendo cuando la gente se vuelve loca cuando gana tu país, “tu país”. Son doce, o trece personas, no sé cuántos juegan, que no tienen nada que ver contigo. Tienen otras vidas, otras realidades. La gente dice: “¡Sí! ¡Viva Chile!”. Ellos no son Chile. Son trece personas, les están dando un sueldo para hacer eso, y bien… Pero yo no siento que yo gané algo. Yo no gané nada. Yo estoy en mi casa.
Siento que a la gente también le gusta vivir o desahogar. De repente la monotonía de sus vidas trae ese tipo de cosas. Sus vidas están muy aburridas entonces tienen que volverse locos con algo y el fútbol es una súper buena forma de hacerlo.