Abrazá la paz y el amor en ‘El vértigo de hacer canciones’
Leyenda de un aguacero
En tu mirada profunda encontrar amores, nostalgias, tristezas y paz
Entrevista a Wilson Arroyo sobre su disco El vértigo de hacer canciones, donde se entrelazan “amores, nostalgias, tristezas y paz”, como dice un verso de “Leyenda de un aguacero”: amores de padre, de hermano o de amante; nostalgias de la niñez en el campo; tristezas por la muerte; paz a través de la reconciliación y el perdón.
Esta entrevista será de gran valor para la sección “Descubriendo contextos” del Proyecto: 100te la música, basado en nuestra lista de los mejores discos de 2024.
Wilson Arroyo en línea: Bandcamp, Spotify, Facebook
Preguntas para guiar la lectura
- ¿Qué significa para el cantautor el título El vértigo de hacer canciones?
- ¿Cómo influyó la vida en el campo en su música?
- ¿Qué conexión ve el cantautor entre el folk y su identidad cultural?
- ¿Cómo aborda “Camino” el tema del dolor y la resiliencia?
- ¿Por qué son importantes las preguntas en el proceso creativo del cantautor?
Entrevista a Wilson Arroyo
¿Cómo resume el disco el título ‘El vértigo de hacer canciones’? ¿Refleja su experiencia personal al crear este disco?
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Hace muchos años, preparando un pequeño concierto para una Sala de Teatro en San José, pensé en esa sensación que implica hacer una canción: saber que, una vez que se canta frente al público, deja de ser propia y toma múltiples interpretaciones, que son tan variadas como la gente dispuesta a escuchar. Esto muchas veces es contradictorio con el proceso creativo, que es introspectivo, en donde estás buscando la forma de esa canción únicamente desde la perspectiva estética personal.
En general, eso es hacer canciones: exponerse, saber que tu canción puede resonar o no en el corazón de las personas, pero independientemente de esto, vos estás decidiendo exponer una parte muy personal ante el público. Y es que en este disco grabé canciones que he escrito en los últimos 16 años, muchas de ellas responden a la persona que era en mi adolescencia o en mis veintes. Me pareció que ese recorrido que sinteticé en el álbum sin duda se podía resumir en esa sensación, en ese vértigo que es saber que la canción no está terminada hasta que se la cantás al público.
Reír la vida
Quiero volver a correr los campos que un día me vieron crecer
En su biografía en Spotify menciona que “su vida en el campo le brindó espacio para la introspección y reflexión desde la comprensión del paisaje”. ¿Cómo es el paisaje donde vive? ¿Qué inspiración le ha brindado este ambiente natural en el disco? (por ejemplo, en “Sueño de abril”, “Foto de luna”, “Ocaso”)
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Parte de mi infancia, adolescencia y mi primera adultez la viví en un pueblo de la provincia de Alajuela que se llama La Guácima. En casa teníamos una pequeña granja con cabras, gallinas, perros, patos y codornices. Teníamos mucho espacio para correr, para escalar árboles. Fue un momento muy bello de mi vida que llevo en la profundidad de mi ser y que marcó la forma en que veo el mundo.
Para un niño o una niña es muy importante estar en contacto con la vida de esa manera, saber cómo la existencia humana está tan vinculada a la tierra y a otros seres vivos. En las ciudades todo eso pasa desapercibido; la naturaleza se convierte en un telón de fondo opacado por el ruido. El campo me dio eso a mí, y por eso puedo hacer canciones. Aprendí a disfrutar los sonidos, a encontrar palabras para los sentimientos en medio del silencio, sin prisa, porque no hay que llegar a ningún lado cuando estás en un lugar indicado.
Y esto se lo agradezco a mi padre y a mi madre. Ellos procuraron eso para nosotros. Aunque fue una infancia en la que tuvimos que trabajar y aprender muchas cosas, nos dieron la posibilidad de entender la vida desde el amor por la naturaleza y la solidaridad. Esas canciones que usted menciona son justamente de ese período más adolescente de mi creación.
Me gusta el folk
Escribí algunas canciones que incitaban la verdad
Hablando de “Me gusta el folk”, ¿por qué le gusta este género? Además, ¿ve alguna conexión entre el folk y las tradiciones culturales de su comunidad?
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Tendría que decirte que el autor que más me ha influido e inspirado musicalmente es Bob Dylan. Me parece que su exploración musical ha sido muy atrevida y ha sido fundamental en su diálogo con la música latinoamericana. Es que Dylan va a la raíz de la música popular de su país y lo logra condensar en su estilo, no solo musical sino lírico.
Esa búsqueda de Dylan creo que es la de muchos artistas en nuestro tiempo. Es por eso que ir al encuentro con todo aquello que se nos ha negado por racismo o por prejuicios de clase nos resulta tan enriquecedor; es como abrirse a la vida. Por eso hago ese tributo al género del folk, no solo de Dylan, sino de Joan Baez, Pete Seeger, Barbara Dane, Phil Ochs. Es pensar en la canción como algo más allá de la mercancía, una canción que hable de las historias de nuestros pueblos.
En Costa Rica, tenemos referentes como Emilia Prieto, que en el siglo XX buscó las canciones que creaban los campesinos en las montañas de mi país, o también mi maestro Manuel Monestel, que conectó con toda una tradición de la música caribeña de mi país que había sido olvidada por el racismo. Él es un verdadero maestro difusor de la obra de nuestro mayor calypsonian, Walter Ferguson.
Creo que esa canción es un homenaje a ese tipo de canción: la que habla de la cotidianidad, de la vida de las mayorías, que ve a su hermano o hermana antes que ver a las estrellas.
Camino
No dejes el vuelo por más que te duela
Me identifico emocionalmente con varios versos de “Camino” que interpreto como una lucha interna con la amargura en busca de la paz. ¿Qué le ha ayudado a manejar estos sentimientos y ‘no dejar el vuelo por más que te duela’?
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A veces escribo canciones para darme consejos a mí mismo. Esa canción habla de uno de los momentos más tristes en mi vida: la muerte prematura de mi padre hace 10 años. En ese momento pensé muchas cosas; no es fácil. Yo tenía apenas 23 años y no sé si estaba preparado para eso. Esa canción era una forma de convencerme de que las cosas iban a mejorar, entender que el dolor es parte de la vida.
Muchas veces nos dicen que debes respetar las etapas de la vida, no saltar procesos, pero la vida no funciona así. En el momento menos esperado, te pone en un escenario para el que no estás preparado y tenés que tomar la decisión: si dejarte llevar por la tormenta o seguir volando. Yo decidí volar.
Hermano
Aquí te dejo mis disculpas… porque sos más que sangre, vos sos mi amigo
¡Qué conmovedor nos parece “Hermano”! En mi familia también nos hemos disculpado muchas veces y aún más en los años recientes me parece, cuando a veces tratamos de ‘tender un puente’ pero terminamos ‘cavando un abismo’. ¿Qué mensajes ofrece el disco sobre la conexión y la reconciliación?
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La reconciliación es el único camino. Cuando hay un vínculo fuerte, cuando hay amor y lealtad, estás frente a fenómenos que son excepcionales. Hay que cuidarlos. En las familias, además, estamos tan cerca, nos conocemos tanto que nos toca convivir con lo mejor y lo peor de cada uno. Esto es muy contradictorio a veces, pero es lo que enriquece esa relación, porque reconocés al otro en su humanidad, no desde un ideal imaginado.
Y pues la reconciliación y el perdón son fundamentales, porque de algo tenés que estar seguro: es que te vas a equivocar, vas a fallar y te van a fallar. Pero hay una sabiduría en poder identificar esas conexiones, como la que yo describo ahí, que es la que tengo con mi hermano menor, quien además ha sido mi cómplice musical desde que somos niños.
Al sol y a la penumbra
¿Cuántos años, luna, faltarán para descifrar el amor?
Nos intriga la poética de la pregunta presente en varias canciones (por ejemplo, “Tu sangre”, “Hermano”, “Al sol y a la penumbra”). ¿Qué lugar ocupan las preguntas en su proceso creativo?
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Es mi forma de vivir: vivo desde la curiosidad. Por dicha, no he perdido la capacidad de sorprenderme y creo que la duda nos acompaña siempre, aún cuando creemos que tenemos la respuesta, dudamos.
Usted menciona tres canciones que curiosamente tienen que ver con el afecto, pero desde lugares muy diferentes. “Tu sangre” es una canción dedicada a mi pequeño hijo de 5 meses. La escribí antes de concebirlo. Son las dudas que pasan por la mente de quienes somos padres, saber que no sabemos nada de esta vida o el mundo, y aún así tenemos que tratar de garantizar las mejores condiciones para esa persona que está en camino.
“Hermano” es justamente ese amor de hermano, que a pesar de los años tiene mucho de nuestra niñez. Con un buen hermano te vas a reír de las cosas tontas que ya no dan gracia y te podés enojar por aquello que creías que no te importaba. Yo creo que tengo la fortuna de tener un vínculo tan profundo con mis hermanos, porque no siempre es así.
Finalmente, “Al sol y a la penumbra” es el amor del amante enamorado. Marcel Proust decía algo sobre ese sentimiento, algo así como que lo que sentimos por la otra persona es siempre una especie de reflejo, que sale de nuestro interior y se dirige a ese otro ser humano, pero se encuentra con una superficie que lo devuelve. Dice él que nos gusta más ese sentimiento cuando regresa.
En parte tiene razón, hasta desde el punto de vista científico atómico: nunca tocas realmente a esa persona que amas. Creo que el amor es así de misterioso porque tratamos de sortear una barrera para comprender al otro. Eso lo hace profundamente bello y hasta ingenuo desde cierto punto, porque amar es un acto de fe.
Si nos dejara una pregunta de reflexión para guiar nuestra próxima escucha del disco, ¿cuál sería?
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¿Cuánto de lo que sos ahora es gracias a esos amores, vínculos y despedidas que persisten en el recuerdo, a pesar del tiempo y la distancia?