Cancionero: Oriana Setz – Pieza perdida
“Pieza perdida” de Oriana Setz dice: “Soy pieza que no encaja en la grieta de ningún rompecabezas”. ¿A veces te sientes así? Ella te asegura: “¡No estás sol@!”.
País: Estados Unidos, Ecuador, Venezuela
Género: Fusión, Cantautora, Chacarera
Después de ver el videoclip, lee la entrevista, que nos invita a reflexionar sobre la construcción de la identidad propia, la presión social, los roles de género, la representación mediática, los cánones de belleza y la autoestima.
Entrevista: “Maneras de expresar la identidad propia”
Nos encanta el videoclip, que parece estar lleno de elementos visuales que nos invitan a reflexionar. Abre con las piezas de un rompecabezas, una imagen recurrente en la letra.
¿Siente Ud. la presión social de actuar en conformidad con algún molde o algún papel determinado, como las piezas de un rompecabezas?
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Definitivamente. Pienso que a medida que uno va creciendo se va volviendo más inmune a la presión social, se siente más libre de ser auténtico y finalmente se siente cómodo en su propia piel. Por supuesto, en el proceso de aceptarse como tal en vez de tratar de complacer a la gente prejuiciosa alrededor, a uno le entra el miedo de quedarse solito. Y aunque ir contra corriente parezca un viaje solitario al inicio, finalmente uno siempre encuentra a otros cuantos en el mismo camino y de repente eres parte de todo un movimiento.
En lo personal, creo que el viaje siempre ha valido la pena. Lo digo como alguien que ha pertenecido fuera de ese rompecabezas en algunos aspectos, sobretodo porque crecí en un lugar muy conservador y luego tuve la oportunidad de exponerme a un lugar opuesto en todo sentido: diferente idioma, país, cultura, ideologías, religiones y maneras de expresar la identidad propia. Todo esto me ayudó a aprender sobre las opciones que tenía y me enseñó que no tenía por qué quedarme con puntos de vista y estilos de vida que ya no se alineaban conmigo.
No tengo nada en contra de las tradiciones ni de la gente que las practica, es más, no creo que haya algo malo en encajar en ellas cuando te hacen feliz, pero lo importante es que uno decida libremente y que esté dispuesto a evolucionar cuando llegue el momento.
Luego vemos un paralelismo visual entre las piezas y las muñecas, que nos hacen pensar en los roles asignados tradicionalmente a cada género.
¿Qué cambios le gustaría ver con respecto a estas “instrucciones”?
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Pienso que cuando uno se sale de su designado rol de género para experimentar con su lado femenino y masculino crece muchísimo más que cuando se queda en uno de los extremos. Claro, existe muchísima represión social e inequidad tanto para los que naturalmente fluyen entre ambos géneros como para los que lo hacen por decisión propia y por eso es que es tan importante crear conversación – o escribir canciones – al respecto.
Es absurdo pensar que un niño de 6 años sea amenazado por sus padres por querer jugar con las barbies de su hermana mayor, o que una niña de 13 años sea ridiculizada por sus compañeras del colegio por no querer depilarse, o que una mamá le diga a su hija de 16 que si no se pone aretes o se maquilla su novio la va a dejar, o que a un chico de 18 apasionado por el ballet no le permitan continuar, o que a un chico de 25 no le den trabajo de gerente porque le gusta llevar el cabello largo y sus uñas pintadas, o que una mujer de 30 no tenga la intención de casarse o de ser mamá sin ninguna razón en particular. Es absurdo negarle a una persona sus derechos básicos, oportunidades y básicamente su felicidad sólo porque no cumplen con su rol de género.
Estas son las instrucciones que quiero romper a través de mi música y mi día a día, porque el hacerlo evitaría mucho dolor y traumas que luego son muy difíciles de sanar.
Después, una mujer está leyendo una revista de moda, asociada con frecuencia con los cánones de belleza.
En la próxima escena, varias mujeres se están arreglando frente al espejo.
¿Qué aspectos de los cánones de belleza le preocupan?
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Lo que más me preocupa sobre este tema es la visibilidad masiva que tienen los cánones de belleza.
Tienes 6 años y ya sabes que la niña sentada al lado tuyo es más bonita que tú porque tiene la tez más clara y además tú estás más gordita. ¿En dónde se aprenden estas cosas? Esto no es esencial a la naturaleza de un niño; esto se debe a los medios de comunicación que nos bombardean desde que somos chiquitos y recién estamos saliendo al mundo. Entonces crecemos creyendo las mentiras que nos enseñaron de chicos y les enseñaremos lo mismo a nuestros hijos, que en primer grado ya empiezan a sufrir de inseguridad y baja autoestima porque no se ven representados en su programa de televisión favorito o en los cuentos que les hacen leer en clase o en las canciones que escuchan en la radio.
Desde niños, las personas empezamos a copiar lo que vemos y cuando no nos vemos representados, tratamos de encajar a la fuerza en el rompecabezas. Entonces vamos creciendo y nos ponemos un vestido incómodo pero bonito, zapatos de marca que nos lastiman los pies al caminar, maquillaje que nos tape las líneas de expresión y finalmente nos rellenamos y nos vaciamos ciertas partes del cuerpo para que las curvas vayan acorde al de las celebridades.
Sin importar la estética a la que nos sintamos atraídos, lo que me preocupa es que le demos tanta importancia a nuestra belleza exterior y que gracias a los medios de comunicación, entre otras influencias, sigamos pensando que lo que somos no basta y que para sentirnos a gusto con nosotros mismos necesitamos algo adicional.
¿Qué consejos tiene “para esas piezas perdidas que deciden encajar a su manera”?
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Yo les aconsejaría que encuentren su “tribu”, su familia de corazón. Pienso que cuando uno no cree que encaja en un lugar, no hay nada mejor que tener un grupo de buenos amigos que te apoye y que te quiera incondicionalmente, sin pedirte que cambies o que dejes de ser tú.
Aparte de eso, les diría que sigan con fuerza y que tengan paciencia con la gente que no entiende el valor de la diversidad.
Cuando escribí “Pieza perdida” no estaba pensando en que había otro gente como yo allá afuera pasando por los mismos prejuicios, sino en mi propia experiencia. Pero una vez que me di cuenta que éramos toda una comunidad y que mi canción podría servirle a alguien que estaba pasando un mal rato, mi única intención compartiendo esta canción era poder decirles, “¡Aquí estoy! ¡No estás sol@!” y hacerme su amiga.
Musicalmente, parece que hay por lo menos tres géneros musicales (el ritmo de los versos, el coro y el cambio de ritmo que ocurre al final). ¿Cuáles son estos ritmos? En su opinión, ¿encajan en el panorama musical actual o también son “piezas perdidas”?
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“Pieza perdida” es una de esas canciones que pasó por cientos de etapas distintas antes de convertirse en lo que hoy es el resultado final. Probablemente no la reconocerían si les mostrara un borrador del tema cuando recién la escribí, y eso es porque hubo mucha experimentación en el proceso de arreglos, producción y grabación.
Durante mi tiempo en Berklee, donde estudié música, tuve la suerte de poder experimentar con sonidos de una diversidad increíble debido a que los profesores y mis compañeros de clase provenían de casi todos los países del mundo. Pronto empecé a comprender qué elementos hacían que cada género fuera único, entonces empecé a fusionarlos y así fue que mi equipo y yo conseguimos darle a “Pieza perdida” el sonido fresco que tiene.
Siempre tuve influencia vocal del R&B Pop debido a la música que escuchaba de niña, a eso le agregué las raíces latinas de la música que no empecé a apreciar sino hasta que estaba a cientos de kilómetros de Latinoamérica, más la armonía Jazz que no puedes evitar cuando estudias en Berklee y la influencia de cientos de otros géneros musicales con los que me familiaricé debido a la diversidad cultural de mi universidad, la participación de músicos increíbles que aportaron muchísimo durante la etapa de grabación y finalmente la influencia directa de mi productor Santiago Salazar-Moscoso (Ecuador), co-productor y diseñador de sonidos electrónicos Isaac Matus (Colombia) y arreglista Ramiro Marziani (Argentina). Todo esto hizo que el sonido de “Pieza perdida” (y de mi álbum Metamorfosis que lanzaré muy pronto) fuera una fusión de ritmos y géneros musicales.
A pesar de todo este merengue, todavía se puede escuchar con claridad el ritmo característico de la chacarera argentina en la guitarra durante los versos y el toque flamenco con arpegios a destiempo hacia el final de la canción.
Obviamente, mi música no encaja en el panorama musical actual porque es difícil de encajar en un solo mercado, pero así mismo, creo que encaja bastante bien en el género Alterlatino o Indie Latino, el cual es básicamente una mezcla de varias “piezas perdidas”, por así decirlo, y me encanta enterarme de los artistas y bandas nuevas que van emergiendo en este nicho tan creativo.