Aquí seguiré: del gerundio a la cosmovisión andina
“Aquí seguiré” de Miguel Vilca une lenguaje, resistencia y cosmovisión andina en un canto donde el ser humano existe haciendo, nutriendo la memoria del pueblo y de la tierra. En esta obra, el gerundio se transforma en una filosofía del lenguaje: un acto de continuidad cultural donde cada verbo encarna una forma de habitar el mundo.
Miguel Vilca en línea: Spotify, Instagram
Reflexión de Miguel Vilca sobre ‘Aquí seguiré’
“Aquí seguiré” es una obra que reafirma la existencia de una identidad que persiste en el territorio andino. En una rica diversidad de pueblos con sus propios rituales y costumbres, que tienen en común el huayño como expresión indígena de resistencia y alegría.
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré cantando, aquí seguiré
aquí seguiré bailando, aquí seguiré
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré challando, aquí seguiré
aquí seguiré ofrendando, aquí seguiré
En la primera estrofa ya enuncia “aquí seguiré”, afirmación que declama el hombre y la mujer situados en un territorio y desde un hondo sentido de ser parte de la geografía que habitan. Los gerundios “cantando, bailando, challando, ofrendando” nos dan la perspectiva de la cosmovisión desde la cual el ser es Estar-Siendo, es decir, se existe desde el hacer.
“Challar” (voz quechua) es un acto ritual que se realiza para la época de Carnaval, donde con harina y papel picado se “challa”, es decir, se rocía en casa, sobre instrumentos musicales, sobre vehículos, etc., realizando así el acto de challar. En esta práctica se cree que es un modo de integrar la casa, los instrumentos o vehículos a la propia vida de la familia, con un sentido de gratitud y de protección. “Vas a challar tu casa para que vaya bien en el año”.
“Ofrendar” también es un acto ritual que se realiza para el mes de agosto, donde se ofrenda a la Pachamama. La ofrenda consiste en depositar en el interior de un agujero, que se abre en la tierra en una esquina de la casa familiar, comida y bebida, y de esta manera nutrir a Pachamama para la siembra que iniciará.
En esta primera estrofa se hace alusión a dos rituales vigentes muy importantes del calendario agrícola andino: el Carnaval y agosto, mes de la Pachamama.
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré challando, aquí seguiré
aquí seguiré enflorando, aquí seguiré
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré anateando, aquí seguiré
aquí seguiré copleando, aquí seguiré
En esta segunda estrofa se hace referencia a prácticas propias de la época de Carnaval, particularmente en Jujuy – Argentina (de donde es el compositor).
“Challar” ya lo comentamos con anterioridad. “Enflorar” se le dice a adornar con una serpentina de papel o incluso con flores naturales los “mojones” de las comparsas. Los mojones se construyen apilando piedras e indican el lugar desde donde la comparsa desentierra y entierra el carnaval.
“Anatear” es la acción de tocar la anata, instrumento aerófono con un timbre particular que se interpreta en Carnaval; en otras zonas también se las denomina tarkas.
“Coplear” es la acción de cantar coplas acompañadas por la Caja Coplera o Tinya, instrumento membranófono con parches de cuero y chirlera o charlera, práctica tradicional en Jujuy, como en otras zonas del territorio andino.
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré estorbando, aquí seguiré
aquí seguiré rasgando, aquí seguiré
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré creando, aquí seguiré
aquí seguiré alegrando, aquí seguiré
En la tercera estrofa es el charango (instrumento cordófono con cuerdas de acero que realiza el k’alampeo, técnica campesina que conjuga ritmo, armonía y melodía) el que habla y dice “aquí seguiré estorbando”, en un tono irónico, ya que tanto el instrumento como las identidades andinas han sido discriminadas y desvalorizadas por mucho tiempo y, sin embargo, persisten y siguen incomodando a las culturas hegemónicas.
“Rasgar” es el acto de efectuar el rasguido sobre las cuerdas, modo de ejecución típico del k’alampeo.
“Crear”, porque sigue el charango siendo una fuente creadora con la capacidad de “alegrar” a su pueblo.
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré sahumando, aquí seguiré
aquí seguiré sanando, aquí seguiré
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré ofrendando, aquí seguiré
aquí seguiré sembrando, aquí seguiré
La cuarta estrofa hace alusión a la época de agosto y al ritual a la Pachamama. “Pachamama” (voz quechua) se suele entender como la deidad femenina de la tierra, la fertilidad y la abundancia. Otras explicaciones de la noción de “Pacha” indican que, en la cosmovisión andina, sería espacio-tiempo-y todo lo que en él acontece.
En Jujuy, para el primero de agosto, se suele “sahumar” la casa con un acto ritual de limpiar y de proteger el hogar y la familia de la enfermedad o de algo malo que pueda acontecer en el año.
Expresa “sanar” en el sentido en que, a través de recuperar las prácticas prehispánicas de la espiritualidad andina, los diferentes pueblos están sanando la herida profunda que dejó la colonia.
“Ofrendar” ya se explicó en la primera estrofa, donde también se comentó que se realiza el ritual de ofrendar a la Pachamama para nutrir la tierra antes de comenzar a “sembrar”.
Aquí seguiré, aquí seguiré
aquí seguiré coqueando, aquí seguiré
aquí seguiré pijchando, aquí seguiré
chichita tomando, papita cascando
los campos corriendo, warmipacha siendo
runapacha siendo, wawapacha siendo
En la quinta estrofa se refiere a la práctica de “coquiar” y “pijchar” (voces quechuas). Ella consiste en la acción de cutipar o masticar hojas de coca, práctica que tiene un fuerte arraigo en los pueblos andinos. La hoja de coca es una planta sagrada que acompaña rituales y el día a día de los pueblos del altiplano.
La “chicha” (voz quechua) es una bebida prehispánica, también sagrada y vigente, que acompaña los diferentes rituales del calendario agrícola andino. También se hace mención a la “papa”, alimento esencial en el sustento. “Cascar” es una expresión que se suele decir en La Paz – Bolivia como sinónimo de comer o “comer con gusto” (disfrutando de comer).
En voz quechua, “warmi” es mujer, “runa” es hombre y “wawa” es bebé o niño/a pequeño/a. Al agregarle “Pacha” (WarmiPacha, RunaPacha, WawaPacha), el sentido como compositor que quise darle es el de que esa mujer, hombre y bebé situados en un espacio y tiempo se expresan y viven a través de una identidad heredada, desde la cual construyen su cosmovisión del mundo.
Este es el canto de mi tierra hecha pueblo
La última expresión que se declama trae una memoria de los pueblos andinos, en la cual se piensa que la música está en la naturaleza, en la tierra, en los ojitos de agua, en algún filo del cerro, en el canto de las aves, etc., y que el ser humano, en contacto con ella, descifra o decodifica en un instrumento esos sones para compartirlos en comunidad.
